sábado, abril 28, 2007

Els pits plens de llum
i la carn entredents,
xuclet del bes coronat
fent proclama salaç.

El melic arrogant
vaixell a la deriva,
foc i saliva
en glopets d'amor,
plens de f ú r i a.

Niu i ocell s'apleguen
i s'empelten d'amor
en el cim de la nit,
i un altre jo carnal
reneix al teu cercle,
trencall d'escuma.

Tot és vida
ventre avall.




Poema del libro:
A cau de baix ventre, Robert l'Eixabegó.

http://www.arterotica.info/

domingo, abril 22, 2007

Failing Songs everyday, everywhere.


Alba, Federico García Lorca.

Mi corazón oprimido
Siente junto a la alborada
El dolor de sus amores
Y el sueño de las distancias.
La luz de la aurora lleva
semilleros de nostalgia

Y la tristeza sin ojos
De la médula del alma
La gran tumba de la noche
Su negro velo levanta
Para ocultar con el día
La inmensa cumbre estrellada.

¡Qué haré yo sobre estos campos
Cogiendo nidos y ramas,
Rodeado de la aurora
Y llena de noche el alma!
¡Qué haré si tienes tus ojos
Muertos a las luces claras
Y no ha de sentir mi carne
El calor de tus miradas!

¿Por qué te perdí por siempre
En aquella tarde clara?
Hoy mi pecho está reseco
como una estrella apagada.


(Abril de 1919, Granada)

sábado, abril 14, 2007

Agua bendita

Llevas más de tres horas tumbada en la cama. Son las cuatro de la madrugada pero no puedes dormir, ni siquiera tienes sueño. Llueve, a cántaros. Con hoy ya van dos semanas de lluvia sin parar. La gente empieza a preocuparse, no es normal en España, siempre con tanto sol y calor. Muchos se han puesto de mal humor, están irascibles, agobiados. Y también los hay con la cara gacha, melancólicos y afligidos. Tú, sin embargo, permaneces tumbada, flemática e impasible. Hace días que no hablas más de lo estríctamente necesario, apenas gesticulas y tus movimientos son lentos y torpes. Desde hace unas semanas contemplas la posibilidad de que estés ya muerta, al menos por dentro. Todos te ven, incluso te hablan, pero has dejado de aprender, querer, sentir; como si ya no tuvieras alma.

No deja de llover. Tienes la ventana cerrada pero oyes la lluvia caer como si estuvieras en plena calle. Te gusta. Cuando llueve no se oye al silencio, por eso te gusta. Entonces te acuerdas de cuando tu abuela te decía que la lluvia era como agua bendita pues rejuvenecía y devolvía la vida a los campos áridos, a las hierbas muertas, a las flores tristes que no pueden brotar. Tú eras una flor para ella, una orquídea blanca y delicada como tu piel, sonrosada como los suaves pómulos de tu cara.

Para un buen cuidado, las orquídeas precisan ser pulverizadas con agua blanda continuamente, además de una humedad ambiental alta. Tú, no obstante, desconoces la sensación de sentirte mojada.

Sales de la cama de un salto, te vistes con la camisa holgada que cuelga del perchero y sales a la calle, sin zapatillas ni chaqueta, tampoco con paraguas. Caminas hasta el centro de la calzada y te quedas quieta. Empiezas a sentir cómo la lluvia choca contra tu cuerpo y se desliza por él, como si alguien te regara desde el cielo. Estás empapada. El pelo te chorrea, gotean tus pestañas y tu pequeñita nariz. Notas como tus pezones empequeñecen y se vuelven cada vez más duros. Te desabrochas los botones de la camisa y observas cómo se te eriza la piel. Tus manos jamás se habían deslizado tan fácilmente por tus senos, tu vientre, tus muslos, hasta perderse por las profundidades de tu cuerpo.


Sientes que vuelves a estar viva.

martes, abril 10, 2007

Fe mía, Pedro Salinas

No me fío de la rosa
de papel,
tantas veces que la hice
yo con mis manos.
Ni me fío de la otra
rosa verdadera,
hija del sol y sazón,
la prometida del viento.
De ti que nunca te hice,
de ti que nunca te hicieron,
de ti me fío, redondo
seguro azar.



http://www.poesi.as/selecc.htm (cantada por Maria Dolores Pradera)

domingo, abril 08, 2007

No pierdas el tiempo


Salir adelante (otro punto de vista)

Solo cuando cuentas con los dedos de las manos los meses que han pasado desde que la perdiste eres consciente de que el tiempo vuela y no espera [...] Te los miras con desprecio, preferirías arrancártelos para detener el tiempo. Pero el reloj no para y un día no tendrás suficientes dedos para expresar los meses que llevas sin ella y te volverás loco al darte cuenta de que tú, que sigues “vivo”, continúas avanzando en su ausencia.