miércoles, diciembre 07, 2005

Malas temporadas

No porque algo vaya mal, sino porque uno no es capaz de darse cuenta de la verdad. Son malas porque algo o alguien se ocupó de vendarte los ojos.

Progresivamente, sí, pero te va consumiendo, absorbiendo hasta llevarte a su terreno. Y tú no te das cuenta, mentira, sí que lo haces pero lo aceptas, porque estás pasando una mala temporada, y eso lo justifica todo. Lloras porque te sientes una mierda y te hundes tanto que llega un momento que no ves modo de salir. Parece que esta mala temporada no va a tener fin; aunque tampoco te ves capaz de afrontarla. Además, ¿para qué? Tú ya tienes tu mundo montado; acabaste por acostumbrarte a tu enmascarada realidad. Ahora llorar se ha convertido en el pan tuyo de cada día. Y aunque a veces sientes rabia por no poder mandarlo todo a la mierda, no sabes ni puedes poner el punto y final. Ya no hace falta que te venden los ojos; te sientes anulado, no vales para nada, la sociedad que tú no ves no te necesita.

Hasta que un día ese algo/alguien acaba jodiéndote demasiado. Sientes que te están arruinando la vida y ya no te quedan lágrimas que derramar. Entonces, cuando ya no puedes sufrir más, cuando rozas la frontera de la total anulación, decides poner fin a esa puta mala temporada. No por ti, - tú continúas siendo una mierda y te costará salir- sino por lo que te importa de verdad. Estás harto de tener que recibir mil palos para decir BASTA! Y decides empezar de cero. Estás dispuesto por fin a pasar una nueva temporada, que probablemente, y gracias a los palos que te dio la anterior, no será mala.