miércoles, noviembre 09, 2005

¿Lo tomas o lo dejas?

Elegir a alguien para que entre a formar parte de tu vida no es tarea sencilla. Y es que una oportunidad así no se la merece cualquiera. Por eso en ocasiones va bien mantener una pequeña charla con el candidato y ser directa; ¡dejarle las cosas muy claras!

A mí me encanta hacerlo pasar y recibirlo con las puertas abiertas. Es verdad que al principio soy tímida y algo fría, pero bastan 15 minutos para soltarme. Nos presentamos, interaccionamos un poco y venga, ¡manos a la obra! Le comento y enseño tímidamente cada uno de los rinconcitos de este mi mundo:

“Mmm ya sé que este pedacito de mi vida es pequeño y que a simple vista no promete gran cosa pero con el tiempo te acostumbrarás y te acabará gustando cada vez más. Respecto a este otro… pues bueno, a veces está un poco sucio pero también es cierto que en ocasiones está inmaculado. No sé, chico, depende del día, de cómo me pilles. De todas formas, una no es perfecta y tiene sus virtudes y defectos.

¿Qué más? ¿Me dejo algo? Ah sí, claro!, tu espacio. Supongo que te interesará saber qué lugar ocuparás en mi mundo. Pues bien, la verdad es que no es muy grande pero en un principio esto es lo que hay; no es demasiado pero compréndeme, hay otras personas en mi vida que tiene prioridad. No obstante, tú tranquilo, no sufras, a mi no me importa el tamaño (ya me entiendes), yo te querré igual y te dedicaré mi tiempo –porque yo funciono así-. De todas formas, ¿quien sabe? ¡Las cosas cambian de la noche a la mañana! Quizás te hago un hueco y acabas disfrutando también de mi espacio. Eso sí, todo depende de ti, si eres bueno, igual dejaré que te adentres alguna noche en mi espacio más íntimo; si no, ¡ni lo sueñes! En caso de que aceptaras, tú ya tendrías tú espacio y habrías aceptado disfrutar de él, así que luego, si las cosas no salieran como deseabas, no me vengas con exigencias.

Bueno, ¿entonces, qué me dices? ¿Te he convencido? ¿Te gustan mis condiciones? ¿Merece la pena que me ilusione imaginándote en mi vida o será mejor que te ponga de nuevo de patitas a la calle? Tú mismo, yo no tengo prisa; a mí me da prácticamente igual esperar un poco más; pero no olvides que sí que hay más gente esperando la oportunidad que ahora tú tienes en tus manos.

Tú decides, 250 € (todo incluido), ¿lo tomas o lo dejas?”

martes, noviembre 01, 2005

Porque probablemente usted también se preocupa por tonterías…

Déle al play, suba el volumen. Cierre los ojos y piense en la persona que más quiere en este mundo. Imagínela. Empiece dibujándola; después coloréela. Déjele gesticular. Recréese con ella y piense en los momentos que ha pasado y pasa a su lado, en lo que comparten, en sus conversaciones, en las muestras de cariño…

Continúe cerrando los ojos, perfeccione su imagen todavía más para así poder recuperar cada uno de los minutos que han compartido hasta ahora. La música avanza. Sus recuerdos brotan sin cesar. Intensa y rápidamente. Piense lo feliz que ha sido y es a su lado y dígale con la mente que le quiere más que a nada en este mundo, que su vida sin ella perdería todo su sentido. Porque la necesita. Sabe que no podría soportar su ausencia. Nada sería lo mismo. Recapacite. Avergüéncese de los momentos que prefirió pasar haciendo otras cosas, de las veces que se marchó sin decirle adiós.

Pero sobre todo, y si es necesario suba el volumen ahora que se acerca el estribillo, piense que la podría perder. La angustia le invade. El miedo se apodera de su persona y siente cómo la rabia le quema por dentro. Y es que si desapareciera no podría seguir adelante. Porque los hilos que a usted le sujetan perderían toda su fuerza si ella no los moviera. De ella es de quien depende su vida. Y entonces piensa que todo, comparado con su pérdida, es absolutamente insignificante.